Aunque ya vemos algunos coches eléctricos e híbridos circulando, en la actualidad la mayoría de los motores de automóviles siguen funcionando a gasóleo o a gasolina. Todos estamos acostumbrados a ver surtidores con ambos tipos de combustible, pero ¿sabes qué diferencias existen entre uno y otro tipo de motores?
Gasóleo versus gasolina
La primera diferencia clara entre ambos es que en los motores diésel el combustible se comprime hasta que la presión genera su encendido y el arranque del coche. En los de gasolina, sin embargo, el aire entre los cilindros del motor y las bujías crean una chispa que provoca el encendido del combustible.
La facilidad con la que el motor puede mover el vehículo (también llamada torque) es mayor en los motores diésel, que requieren menos consumo de combustible para conseguirlo. El cambio de aceite ha de hacerse antes en los motores de gasolina, aproximadamente a los 10.000 kilómetros, la mitad del recorrido que aguantan los otros. Sin embargo, el primer mantenimiento debe hacerse mucho antes en los coches de gasóleo.
En cuanto a las reparaciones, son más frecuentes, pero más baratas en los coches de gasolina, aunque la durabilidad total del vehículo suele ser mayor en los automóviles diésel. Como seguro que sabes, los coches de gasolina son mucho más silenciosos, ya que el gasóleo genera, al comprimirse, un sonido a modo de golpeteo.
A la hora de arrancar, por otra parte, las baterías diésel consumen más energía, por lo que suelen gastarse antes. La potencia es mayor en los de gasolina, que además suelen ser modelos más ligeros.
Ahora ya tienes más claras cuáles son las diferencias entre estos dos tipos de vehículos. Los modelos de gasóleo siguen siendo una opción fiable, actual y atractiva para los conductores actuales que buscan fiabilidad y ahorro a largo plazo.
